Ujué, Romería 2006
Un año más, acudí a la cita, que como le decía el día anterior a mi madre, acudiré hasta que mi cuerpo aguante. Bajar a Ujué andando desde Monreal, significa varias cosas; comprobar in situ el estado físico, renovar la fidelidad con nuestro pueblo, con nuestra tierra y con nuestras costumbres.
A las cinco y media de la mañana, Mª Antonia, mi perlita, me acercó en coche a Monreal y a las seis en punto me puse en camino y este me recibió como siempre lo hace; Silencio, viento frio en la cara, oscuridad total y un poco de miedo al dejar Monreal atrás y adentrarme en un camino oscuro hacia un bosque más oscuro todavía.
Se me amontonan las sensaciones mientras el cuerpo se me va calentando pero cada vez, me siento mejor. Me gustan los retos pues me siento más cómodo abriéndome camino en la incertidumbre de un bosque oscuro que en un camino donde parece que los objetivos se pierden en el horizonte.
Comienzo a coger altura camino de las Tres Mugas y siento que me llevo bien con el viento y los pájaros. Con la noche y las estrellas. El viento, cada vez es más fuerte y a veces, siento que me persigue como si fuera un camión con mil motores en marcha. Un fuerte rujido que viene de lejos, que mueve con fuerza los árboles y que cuando parece que me va a atropellar, miro para atrás y me pasa un viento muy frio…
Almorzé en la cabaña de los cazadores y de nuevo al camino. Este año. me dije «Josan, tranquilo, caminemos tranquilamente que la magia está aquí, en el camino» y efectivamente, el camino se tornó con sabor a tomillo, a lavanda..y a viento festivo.
Pasaron las horas y el cuerpo cada vez más cansado pero con el pueblo cada vez más cerca. Hacia las doce del mediodia, entré en la Cruz del saludo con los últimos romeros de Tafalla y otra novedad de este año que mi super-hermana Kontxi estrenaba casa en el pueblo y para inagurarla, nos reuniriamos hoy, toda la familia en una de esas mesas con la mejor comida que ni en el Meson de las Torres pondrían.
Todavía había otra novedad. La presentación en familia de Nerea. ¡ Qué fragilidad, que hermusura, ¡ que guay !
Mis hermanos, que bajaron el día anterior, estaban echos polvo pero eso si, bien morenitos porque a ellos les va más …¡ el puro Sol !
y hasta el año que viene que aquí estaremos, porque aquí hemos nacido y aquí nos quedaremos.
Josan