Ujué, Romeria 2004
ROMERÍA 2004 …
…O LA SINFONÍA DEL VIENTO, EL BARRO Y EL AGUA. Este año, volvimos a bajar a nuestro pueblo de día debido a las lluvias de los últimos días y que llenaron el camino de barro. Partimos de Monreal y comenzamos atravesando los últimos campos de cereal antes de introducirnos en el bosque camino de Las Tres mugas y el alto de Leoz. Iniciamos la subida contentos, como si nos hubiéramos contagiado de los pájaros y las flores y en animada conversación sobre la guerra de Irak y la postura irresponsable del cabronazo de Aznar. Subíamos bien pertrechados contra el barro que suponíamos nos esperaba una vez alcanzado el bosque y así fué. En el suelo, tramos que parecían tierras movedizas y en el Cielo, negros nubarrones nos advertía de una romería movidita. Pero nosotros avanzábamos con fuerza por el alto de Sabaizar mientras el Cielo se encapotaba mas y mas. Eran tormentas disfrazadas de noches oscuras y sin luna persiguiéndonos desde la Higa de Monreal. Alcanzamos el monte de Julio y desde este lugar, privilegiado por su amplia visión de toda la zona media de Navarra, vimos el espectáculo de las tormentas que iban y venían, las que nos esperaban y si mirábamos hacía atrás, las que nos perseguían. Hicimos un descanso en la cabaña de los guipuzcoanos que se prolongó por la animada conversación…y por el vino tan rico que teníamos en las botas. Afuera, empezó el espectáculo de relámpagos, de truenos y de granizo. Dentro de nuestra cabaña, vibraban las paredes, el techo y el suelo a cada trueno. Echamos el último trago y… JEIG, JEIG, JEIG, JEIG salimos gritando con fuerza, con toda nuestra fuerza. JEIG, JEIG, JEIG, JEIG se oía por toda la sierra y nuestros gritos competían con los truenos, mientras pisábamos también con fuerza una tierra que llevaba y traía agua por todos los lados. Empapados, calados hasta los huesos y gritando por toda la sierra de Guerinda, por el alto de Olleta y el alto de Lerga. JEIG, JEIG, JEIG, JEIG, JEIG, JEIG hasta que llegamos al alto del Txutxo y las nubes, nos hicieron un pasillo con el Arco Iris. Solo era un pequeño respiro en esta ruta de las nubes negras, pues observábamos como se replegaban las tormentas en la ribera para nuevos ataques que desde este lugar, veíamos estrellarse siempre contra la sierra de Leire. Estábamos llegando a Ujué mojados y muy animados cuando estaba a punto de empezar de nuevo la más grande de las tormentas del día. Era la tormenta que anunciaba la llegada de los hermanos Izco al pueblo en esta romería del año 2004. Una vez más, nuestra súper hermana Conchi que con un rico plato de sopa supercaliente son esperaba y a la Virgen fuimos a dar gracias por este día.